Como un cuento kafquiano, una rebelde colonia de desagradables animalillos invadio ayer la cocina de quien les escribe, mediante una catarata dispuesta en la cacerola de agua hirviendo, cayeron deslizandose por las grietas del paquete de Canale hacia su fin.
A lo largo de mi vida jamas he visto un suceso de tamaña envergadura en mi cocina.
Procedi a depositarlos en el cesto de la basura, y depositar la basura en el arbol que vigila mi portal.
Cabe destacar el tamaño desconsiderable de los mismos, casi ubicandolos entre una cucaracha y un bicho bola.
En fin, a partir del dia de hoy, procedere al exiguo control de las pastas antecediendo a su postura.
Desde el mas espasmoso asco, los saluda el dia de hoy
Epsilon -
martes, 13 de marzo de 2007
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