lunes, 12 de marzo de 2007

Quien no ha saltado una tranquera no ha vivido

La adolescencia, bella época. Las hormonas piden a gritos satisfacción y aquellos que carecen de independencia o automóvil deben recurrir a los más recónditos lugares para calmar la urgencia.
Los designios del señor... o nuestros padres, nos ubican en un perdido pueblo de provincia. Lo maravilloso en este caso, no es ni el verde de los árboles, ni el sonido de los grillos por las mañanas, ni siquiera el hermoso espejo de agua. No mis amigos. Lo maravilloso es la cantidad de locaciones públicas y privadas de fácil acceso y la ineficiencia de la policía bonaerense en controlarlas. Este último punto mas librado a nuestra suerte que a la Bucetich.
Por esto, y no por otra cosa, los primeros tres años de los últimos diez, nos encuentran, independientemente de quien nos acompañe, mirando caer las estrellas frente a la laguna.
Desde ya, eternamente agradecido.

Cuzco

¡Bienvenida Cuzco a Berenjena! te queremos epsilon - y viaje de soma

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