viernes, 20 de julio de 2007

Cenicienta o la Bella Durmiente?

Desde muy pequeñas las mujeres han sido instruídas o distraídas con cuentos de hadas. Podemos citar muchos, pero Cenicienta es un ícono maravilloso, también está la Bella Durmiente que no necesita hacer más que la muertita para que la vengan a “tomar”, o Rappunzel que sólo debe trenzar sus cabellos para que el otro trepe sobre ella, pero eso da más para teorías de perversiones varias…
El hecho de deber ser hacendosas, sumisas, esperanzadas, instruídas puertas para adentro pero desconocidas, glamorosas y bellas damas en sociedad nos ha marcado.
El legado es que va a venir un gran hombre ha rescatarnos, sólo debemos esperar juntando las cenizas, para perdurar eternamente juntos. ¿Pero a qué costo?
Siendo sumisas, esperanzadas, bondadosas, instruídas y glamorosas sin importar si el otro está cuerdo, es bueno, es feo, es infiel; lo importante es que “vivieron felices y comieron perdices”, eternamente…
Así, hombres y mujeres, se han soportado mutuamente abusos de todas clases: económicos, físicos, psicológicos y para no ser tan tremendistas aburrirse soberanamente cuando el otro ya no tiene punto de conexión con uno; porque admitámoslo a veces uno no crece al mismo ritmo que el otro.
¿Porqué se perpetúa eternamente este modelo?, porque son las mujeres que siguen refugiándose en este mundo rosa las que crían a más niñas y niños; los padres que mucho deberían tener que ver en la crianza de los pequeños tratan de advertirles, sobre todo a los machotes, de modo muy poco pedagógico que la vida no es así…pero como el cuento rosa genera mucho más merchandising que una bombacha con la inscripción “Cenicienta nos cagó el cerebro” se ven impotentes frente a una megaindustria del amor eterno: cuentos, novelas, muñecos, hasta juegos de la vida donde todos nos casamos y tenemos hasta 6 hijitos!!!!!
Celebro que haya parejas duraderas, que haya gente a la que le haya funcionado el encontrarse y crecer juntos, pero amigo…tengo una mala noticia, no siempre es así.
Algunos de nosotros nos revelamos ante el costo que es necesario pagar.
¿Y qué pasa si algunos de nosotros no servimos para perpetuar el modelo?
¿Qué pasa si somos egoístas?
El modelo de encuentro debería cambiar, debería ser particular y puntual, ajustado a cada uno de nosotros por el tiempo que nos brinde placer y crecimiento, con la única premisa de tratar de transitar sin lastimar al otro innecesariamente; obviamente uno no lo maneja demasiado, a veces el dolor se causa sin que uno quiera y se lo causan sin que uno quiera. Por eso el diálogo con uno y con el otro es tan importante.
Por eso…te invito a quemar jugueterías para desterrar a todas esas malditas muñecas que amenazan a las próximas generaciones…
Si tenes sobrinas no les permitas mirar dibujitos…
Eso sí, a mi ahijada le traje de La Maison Disney de Champs Elyséss un moñito de Blancanieves que le queda precioso…total las dos ya estamos perdidas…

Gaia actriz invitada de Berenjena Nunca Más

3 comentarios:

verborrea dijo...

aha
mi anticuentodehada no funciona
la vida real es mucho mas rosa que el modelo
ejemplo, mi hija
sin importar cuantas veces vea el extraño mundo de jack o cuanto le encanten billy y mandy, ella seguira siendo una princesa, por eleccion propia, no por copia de modelo (por lo menos no mi modelo).
al margen, totalmente de acuerdo

Lulu dijo...

OH qué terrible berenjenita.
Pero sabeis bien que tu post revindica nuestro único y más preciado don: la capacidad de elegir, de posicionarnos. Aún cuando la etiqueta de mujer-feliz-casada-concincohijos se repite una y otra vez, no somos esclavos de los estereotipos.
elegir, ah qué placer. Le liberté

A. Cordera's dijo...

Soy hombre creo que los modelos rigen una sociedad que ya en sí esta toda podrída.
El ser humano considero tomo por el camino equivocado, dia con día nos destruimos mas y mas con un complejo de superioridad con un modelo que nos sofoca y no digo que este mal en fin quien soy yo para juzgar!

Solo creo que el simple hecho de hacer distinciones es el gen mas retorcido que crece en nuestro ser.